lunes, 21 de noviembre de 2011

¿Regresa el bipolarismo? por @JFMM1992


¿Regresa el bipolarismo?

Si algo ha caracterizado en las últimas tres temporadas a la Liga BBVA es que esta es una liga bipolar, en la cual la distancia entre dos equipos dominantes (Real Madrid y Barcelona) es evidentemente superior a la de las otras escuadras, evidenciándose esto en puntajes (largas distancias entre los mencionados bloques que definen los puestos de la liga) y en juego (constantes goleadas además de dominios irrefutables por parte de merengues y culés en sus partidos).

No obstante, de a poco ha surgido una alternativa a los dos grandes del fútbol español: el Valencia. Da la sensación que los “che” le pueden discutir al Madrid y al Barça su dominio con argumentos de juego cada vez más sólidos, para demostración de lo anterior se pueden observar los últimos partidos que los valencianos disputaron en contra de los gigantes estando uno cerca de ganarlo (contra el Barcelona terminó 2-2) y otro de empatarlo (terminó perdiendo 2-3 ante el Real Madrid, estando cerca de remontarlo después de ir abajo 1-3). Pese a ello, las estadísticas, inermes, muchas veces injustas, no se fijan en lo anterior y ahora dictaminan que, tras su derrota con los merengues, el Valencia se encuentra ya a 7 puntos detrás del primer lugar  y a 4 del segundo, no es inminente aún, pero empiezan a surgir los brotes de bipolarismo que reduce los actores que pueden ganar la liga a dos equipos.

El partido Valencia vs Real Madrid, antes que cualquier cosa, se puede decir, fue una oda al buen fútbol, un canto de honor a aquellos partidos que se anexan a una buena cantidad de compromisos futboleros que hicieron vibrar en general, a la afición de este deporte; no exento de polémica, goles, intensidad, concentración además de buen juego, este compromiso tuvo quizá todos aquellos aspectos que definen un buen cotejo.

Al final el ganador fue el visitante, no sin sufrir ante el asedio de un local que jamás se dio por vencido y que cuando decidió exponer su arsenal ofensivo, en realidad inquietó una defensa del Real Madrid, la cual en los últimos compromisos había demostrado solidez además de seguridad.

Los “che”, desde el inicio del partido, dejaron claro que no iban a estar dispuestos a ser espectadores de primera clase del juego madridista. Un remate de Alberto Costa a los 26 segundos que pasó cerca del arco defendido por Iker Casillas fue una especie de aquel proceso a través del cual los animales fieros marcan territorio. El Valencia fue eso para el Madrid, un rival fiero, incomodo, que en pocos momentos dejó practicar a su oponente un juego cada vez más tendiente a la mejoría; los hombres dirigidos por Unai Emery, desde un primer momento, presionaron a su rival que de rojo vestía, ahogándolo desde su propia área y generando peligro a través de Roberto Soldado, así como las constantes proyecciones por banda izquierda en las cuales se destacaban Jérémy Mathieu y Jordi Alba.

Una desconcentración, tal vez una de las pocas que tuvo el Valencia a lo largo del compromiso, derivó en el primer tanto madridista. Al minuto 20, Xabi Alonso cobró a riesgo, Karim Benzema venció en el mano a mano a Diego Alves, una de las pocas oportunidades claras que tuvo a lo largo del partido, demostró que cuando dispone de escasas opciones, el Madrid es más efectivo y su pegada más certera.

A continuación, pasaron 52 minutos antes de que Sergio Ramos, de cabeza tras un córner ejecutado por Mesut Özil, aumentara la ventaja merengue, algo que estuvo cerca de lograr Cristiano Ronaldo en dos acciones correspondientes al primer tiempo; en la segunda mitad fue más claro el Valencia, y los centros de Mathieu en busca de un destinatario inquietaban cada vez más a una defensa visitante que se sumió en dudas tras el primer descuento “che”, conseguido por Roberto Soldado al minuto 75. El ex jugador del Madrid fue hábil al momento de ubicar el balón en las redes a pesar que el arco rival en ese momento estaba custodiado por dos defensas.

Cerca estuvo Soldado de empatar al minuto 78, cuando un remate suyo encontró obstáculo en Marcelo, lo cual hizo que el balón pasara cerca del travesaño, y para quienes dicen que el fútbol es impredecible, bipolar y que está loco, nada más ver que un minuto después era Cristiano Ronaldo quien celebraba tras una contra letal en la que el luso ganó la posición a Alves, disponiendo para su gol el arco ubicado en el fondo sur.

Pese a ello, el Valencia iba a vender a alto precio su derrota. De nuevo Soldado descontaba al minuto 82, tras un centro de Pablo Hernández después del cual el delantero local se anticipó de forma audaz a Sergio Ramos. Se disponía así el equipo de Emery a buscar un empate que pudo haber llegado en la última jugada, en aquel tiro libre cercano al área que tiene todo partido vibrante y en el cual hasta el arquero se dispone a probar suerte con el fin de conseguir un postrero empate.

Fue pues una jugada de centro al área. Los 22 jugadores hacían presencia allí y un primer cabezazo era salvado entre Iker Casillas y el poste; el posterior remate se dirigía al arco madridista aún así un providencial Gonzalo Higuaín acostado, salvaba el que pudo haber sido la paridad local, después de que el balón golpeara en su cuerpo, siendo esta una jugada polémica en la que los “che” reclamaron penal, pues no quedó claro si el balón golpeó el pecho o el brazo del “pipita”.

En medio de la polémica terminaba un buen partido. El Mestalla fue el mejor escenario para una obra que exalta al fútbol, pero en la que con cierto dejo de nostalgia da la sensación que injustamente, el Valencia se aleja de los dos equipos que bipolarmente han dominado la liga en los últimos años, no en juego, pero si en puntaje, y muchas veces de forma desafortunada, es este aspecto que define la suerte de los equipos de fútbol. 

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