lunes, 24 de octubre de 2011

Misión cumplida en 38 minutos por @JFMM1992


Misión cumplida en 38 minutos


38 minutos. Tal cantidad de tiempo fue suficiente para que el Real Madrid exhibiera un nivel futbolístico notable, en el que adquiere cada vez más protagonismo el juego de equipo, el toque corto al igual que el largo, las constantes triangulaciones, todas teniendo como eje a un Xabi Alonso orquestador y cerebro de un órgano ejecutor en el que se destacaron 3 jugadores: Gonzalo Higuaín, Cristiano Ronaldo y Ángel Di María. Fútbol de ataque, dominio total de un merengue disfrazado de negro. 4 goles para liquidar antes de la primera mitad un partido frente a un rival que ajusta ya 27 años sin ganar a los madridistas. Todo en 38 minutos, algo fugaz.

Fugaz, al igual que lo fue el intermedio determinado entre dos jugadas -por cada bando- que entre los minutos 2 y 3 bien pudieron haber sido señaladas como penales. Los perjudicados fueron Cristiano Ronaldo y Joaquín, si bien es cierto que el juez no dudó en indicar a ambos que se levantaran a jugar.

A jugar, esto fue a lo que se dedicó Ángel Di María, cuando al minuto 10, tras una acción individual, otorgó una asistencia a Gonzalo Higuaín, la cual superó la línea defensiva del Málaga, de tal forma que el “Pipa” eludió al cancerbero local Rubén y teniendo a su disposición el arco, no le quedó más que enviar el balón al fondo de las redes. 

Al fondo de las redes andaluces estuvo de nuevo el esférico 13 minutos después; de nuevo Di María comandaba la incursión ofensiva, en esta ocasión, un centro suyo fue bien recibido por un Cristiano Ronaldo, quien con una sutil definición, conseguía aumentar la renta merengue.


Aumentó la renta merengue más aún, 4 minutos después; de nuevo, gracias a Ronaldo, quien tras un servicio de Xabi Alonso, logró desestabilizar la zaga local encontrando así la facilidad de batir a un Rubén que nada tenía para hacer ante una avalancha negra, que contundente, llevaba a cabo un gran partido, faltaba no más la guinda al pastel.

Y la guinda del pastel se encargó de ponerla, una vez más, Cristiano Ronaldo a través de un notable gol, en el que descolló una jugada acrobática del luso, casi asegurando un triunfo que adquiría el epíteto o categoría de irrefutable, mientras el Madrid no daba siquiera cabida al Málaga para exponer sus cartas ofensivas. 38 minutos de goles, 45 en total de dominio visitante. La ventaja madridista no solo se encontraba explicita en el marcador. De forma implícita, en el desarrollo del compromiso, quedó evidente una renta forjada con base a un juego fluido en el que ante todo, el equipo primó sobre las individualidades.

Ya en el segundo tiempo la disposición del partido cambió. El guión era otro, escrito a favor de los intereses locales, por lo menos, en cuanto a lo que se refiere a la generación constante de peligro, y en general, la proliferación de acciones ofensivas.
En ataque los andaluces tuvieron más protagonismo, llegando incluso a mandar dos remates a la madera, por parte de Joaquín y Sebastián Fernández; el Madrid se dedicaba a hacer posesión del balón mientras podía hacerlo ante la presión de la escuadra dirigida por Manuel Pellegrini, la cual, se había desfasado unos pocos minutos para iniciar su reacción.

Los dirigidos por José Mourinho en últimas, poco se desgastaron en ataque, dedicados más bien a no permitir que el Málaga hiciese el famoso gol de la honra, vieron como el reloj se acercaba al minuto 90, para así motivar aquel impulso nervioso de los árbitros, con el fin de hacer música con su silbato. Esa música que acaba los partidos, esa música que confirma los réditos ganados al final del compromiso. Para el Madrid fueron 3, cosa que le permite consolidar su búsqueda del primer lugar en la Liga BBVA. Para afianzar lo anterior un nuevo partido a la vista: el miércoles 26 de octubre en el Santiago Bernabéu. El Villarreal, el rival.

Juan Francisco Molina Moncada 
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