viernes, 21 de octubre de 2011

Marcelo Bielsa por @Chipileproso


Marcelo Bielsa



Sin pena ni gloria como jugador, decidió entonces dedicarse a la conducción técnica de futbol. Sus inicios lo vieron como entrenador en las divisiones inferiores de Newell’s Old Boys (su gran amor), llegando a ser director técnico del primer equipo del conjunto rosarino en 1990. Ese mismo año logra coronarse campeón del Torneo Apertura, llegando así a jugar una final frente a Boca Juniors para decidir el ganador del Torneo Integración 90/91, que terminaría consiguiendo al imponerse por penales. En el año 1992 disputa la prestigiosa Copa Libertadores de América, llegando a la final, donde es derrotado por el poderoso San Pablo de Brasil. Tiempo después se clasifica campeón del Torneo Clausura. Ese equipo de Bielsa se caracterizaba por estar compuesto por gente joven, que fue de menor a mayor y termino sorprendiendo a más de uno, logrando un invicto de 26 partidos entre otras cosas.

Luego parte a México donde dirige a Atlas en dos ocasiones y al America, haciendo un gran trabajo y dejando tan buena imagen que le ofrecen la dirección técnica de la Selección de dicho país, propuesta que fue desechada por el mismo Marcelo Bielsa. En 1997 retorna a su país para hacerse cargo del primer equipo de Vélez Sarsfield donde logra el 4to puesto en el Apertura de ese año. En 1998 consigue salir campeón del Clausura por una amplia diferencia.

Tuvo un muy breve paso por Espanyol de Barcelona, cargo al que renuncio para hacerse cargo de la Selección Argentina en septiembre de 1998, donde realizo un gran trabajo clasificando en el primer lugar en las Eliminatorias para el Mundial 2002. En esa competición le toca pasar posiblemente por el peor momento de su carrera como entrenador al quedar eliminado injustamente en la primera fase. Eso trajo algunas polémicas y cuestionamientos, y hasta recibió muchas críticas de cierta parte de la prensa por su estilo de juego (el mismo que antes habían endiosado). Sin embargo “El Loco” siguió al frente del seleccionado y consiguió la medalla de oro en Los Juegos Olímpicos de 2004. También llego a la final de la Copa América de ese mismo año, y renuncia al cargo tras vencer al Seleccionado Peruano en las Eliminatorias (dejando así al equipo clasificado al Mundial 2006).

En agosto de 2007 es anunciado como nuevo director técnico de la Selección de futbol de Chile y logra clasificarlo a un mundial luego de 12 años (obtuvo el 2do lugar en las eliminatorias sudamericanas, 1 punto detrás de Brasil). Llego hasta octavos de final, donde fue derrotado por el seleccionado brasilero. Bielsa deja Chile en febrero de 2011, por diferencias con el presidente electo de la ANFP.


Luego de innumerables cantidad de ofertas de los equipos más importantes del mundo, Bielsa fiel a su estilo, toma el mando del Athletic Club de Bilbao priorizando el proyecto deportivo de una institución que no está dentro de las denominadas grandes a nivel mundial, lugar en el que todavía se encuentra trabajando.

Marcelo Bielsa se destaca por ser un técnico muy trabajador, de mucha personalidad, con coherencia, claridad en sus conceptos y por dejar una muy buena imagen en todos los lugares que le toco estar. El máximo desafío es, que sus dirigidos entiendan conceptos que de entrada les son abstractos, pero que más tarde, terminan asimilando e inclusive reconociendo, como en el caso del Kily González: “Marcelo fue el técnico que sacó lo mejor de mí. Bielsa me convertía en un crack. Explotaba mis cualidades y mejoraba mis defectos. Me dio lo que me faltaba como jugador. Buscaba la perfección”.

Por último, alguna de las tantas buenas frases de “El Loco”:

“Tras jugar cuatro o cinco partidos en la primera de Newell's me di cuenta de que no podía ser futbolista de nivel. Me propuse entonces ser un entrenador de nivel. Y para lograrlo comprendí que el primer paso era convertirme en un especialista de la educación física, porque esa es la especialidad que se ocupa del movimiento del cuerpo humano. Sabía que en ese aspecto radicaba todo el secreto del fútbol”.

“A cualquier jugador, y en cualquier circunstancia, le encuentro un motivo para estar corriendo. En el fútbol no existe circunstancia alguna, para que un jugador esté parado en la cancha”.

“Los momentos de mi vida en los que he crecido tienen que ver con los fracasos; los momentos de mi vida en los que he empeorado, tienen que ver con el éxito. El éxito es deformante, relaja, engaña, nos vuelve peor, nos ayuda a enamorarnos excesivamente de nosotros mismos; el fracaso es formativo, nos vuelve sólidos, nos acerca a las convicciones, nos vuelve coherentes. Si bien competimos para ganar, y trabajo lo que trabajo porque quiero ganar en cuanto compito, si no distinguiera qué es lo realmente formativo y qué es secundario, me estaría equivocando”.

Martin Torrisi
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