Entre la “Razón” y la “Pasión”, el gran
dilema del aficionado
Veracruz, México. No me dejaran mentir al señalar que
todo aficionado sueña y espera que su Equipo gane todas las competiciones
que se le presenten, puesto que para cada aficionado el club de sus amores es y
será el mejor, no obstante, la realidad muy pocas veces tiene que
ver con lo que se “espera” o lo que se “desea” del equipo que tanto amamos.
Es difícil realizar un análisis frio, sin
que la gente te llame “pesimista”, de igual forma es controvertido
“hacerse ilusiones” y “mantener viva la fe” sin que te digan “iluso”, en
ambos casos el aficionado queda ahí, sumergido en el gran dilema,
ser ecuánime ante la “razón” o seguir a su corazón, aquel que le
grita que no pierda las esperanzas.
Sé que es difícil separar la “razón”
de la “pasión” porque ante todo, el Aficionado ve las adversidades
como un “obstáculo”, aquella barrera que dará más realce a un campeonato
ganado.
A un aficionado que más le da lo que
piensen de él. Él vive, goza, siente, pero sobre todo apoya con la camiseta
bien puesta, el rosario en la mano y el corazón vibrante en cada
partido, sin importarle la situación de su equipo, las estadísticas, los
comentarios, las criticas, los abucheos, el qué dirán, el aficionado siempre va
estar ahí, apasionado, enamorado e ilusionado hasta el último
suspiro, hasta el momento en que el árbitro alce los brazos al
cielo, pitando el final de encuentro y con ello mueran
las esperanzas.
Como aficionados dejamos a un lado la
razón, Porque ante todo creemos, confiamos, esperamos y tenemos fe
en que nuestro equipo va a salir avante de las competiciones en las
que se encuentre, muy a pesar de la adversidad y el infortunio que a
veces se presenta.
Ahora bien, si bien es cierto que como
aficionados tendemos muy poco a percibir un camino negativo para nuestro equipo
y no porque no lo veamos, sino que nuestro orgullo y nuestra fe hacen que no
queramos pensarlo, ni mucho menos aceptarlo, por lo consiguiente el
“analizar” para muchos aficionados, será “como desconfiar” en lo
que el equipo no puede lograr, para muchos otros “Razonar” significa
excusarse ante un posible fracaso, poner “peros” a una eliminación o un mal
partido.
En mi opinión creo que “analizar” no
significa ser pesimista, se trata de ser axiomáticos ante la realidad que
representa nuestro equipo y poner en balance lo que se puede
lograr y lo que no. No obstante, en momentos no le damos cabida a la “razón” porque
muy a pesar de saber que el camino de nuestro equipo puede resultar titubeante
e incierto, nos dejamos llevar por el
corazón, por la pasión, por esas ganas enormes de verlos triunfar por encima de
todo, porque en el fondo de todo el análisis que se pueda realizar, tras esos
números fríos y esos comentarios desmoralizadores, existe esa llama viva de las esperanza,
aquella que ansia que nuestras figuras sigan adelante con la bandera del
equipo, luchando en cada batalla y que jóvenes desconocidos para la
mayoría, demuestren la grandeza que nace en las entreñas de nuestros
Equipos.
Sangre nueva, sangre nuestra, con los
colores tatuados en el pecho y hambre de demostrar ser el mejor.
Sé que no es fácil, pero en el futbol nada
es imposible y sé que de igual forma, muchos aficionados siempre mantienen
vivas las mismas ilusiones que se sembraron al comienzo del torneo,
ganar el tan anhelado Campeonato.
Porque, pesar de todo y contra todo, la “fe”
queda aquí, a la espera de los resultados positivos, de con o sin “razón”,
a expensa de lo que puede hacer el equipo en la cancha, porque si bien es
cierto que el Aficionado, cree, sueña, apoya, el equipo con sus
actuaciones “es quien tiene la última palabra”.
Isabel Ortega Cristén
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