jueves, 10 de noviembre de 2011

Entre la “Razón” y la “Pasión”, el gran dilema del aficionado por @shivita_04



Entre la “Razón” y la “Pasión”, el gran dilema del aficionado

Veracruz, México.  No me dejaran mentir al señalar que  todo aficionado sueña y espera que su Equipo gane todas las competiciones que se le presenten, puesto que para cada aficionado el club de sus amores es y será el  mejor, no obstante,  la realidad muy pocas veces tiene que ver con lo que se “espera” o lo que se “desea” del equipo que tanto amamos.

Es difícil realizar un análisis frio, sin que la gente te llame “pesimista”, de igual forma  es controvertido “hacerse ilusiones” y  “mantener viva la fe” sin que te digan “iluso”, en ambos casos el aficionado queda ahí,  sumergido en  el gran dilema, ser  ecuánime ante la “razón” o seguir  a su corazón, aquel que le grita que no pierda las esperanzas.

Sé que es difícil separar  la “razón” de la “pasión”  porque ante todo, el Aficionado ve las adversidades como un “obstáculo”, aquella barrera  que dará más realce a un campeonato ganado.

A un aficionado que más le da lo que piensen de él. Él vive, goza, siente, pero sobre todo apoya con la camiseta bien puesta, el rosario en la  mano y el corazón vibrante  en cada partido, sin importarle la situación de su equipo, las estadísticas, los comentarios, las criticas, los abucheos, el qué dirán, el aficionado siempre va estar ahí, apasionado, enamorado e ilusionado  hasta el  último suspiro, hasta el momento  en que  el árbitro alce los brazos al cielo, pitando  el final de  encuentro y  con ello mueran las esperanzas.

Como aficionados dejamos a un lado la razón, Porque ante todo  creemos, confiamos, esperamos y tenemos fe en que nuestro equipo va a salir avante de las competiciones en las que se encuentre, muy a pesar de la adversidad y el infortunio  que a veces se presenta.

Ahora bien, si bien es cierto que como aficionados tendemos muy poco a percibir un camino negativo para nuestro equipo y no porque no lo veamos, sino que nuestro orgullo y nuestra fe hacen que no queramos pensarlo, ni mucho menos aceptarlo, por lo consiguiente  el “analizar”  para muchos  aficionados, será “como desconfiar” en lo que el equipo no puede lograr,  para muchos otros “Razonar” significa excusarse ante un posible fracaso, poner “peros” a una eliminación o un mal partido.

En mi opinión  creo que “analizar” no significa ser pesimista, se trata de ser axiomáticos ante la realidad que representa  nuestro equipo y  poner en balance lo que se puede lograr  y lo que no. No obstante,  en momentos  no le damos cabida a la “razón” porque  muy a pesar de saber  que el camino de nuestro equipo puede resultar titubeante e incierto, nos dejamos llevar  por el corazón, por la pasión, por esas ganas enormes de verlos triunfar por encima de todo, porque en el fondo de todo el análisis que se pueda realizar, tras esos números fríos  y esos comentarios desmoralizadores,  existe esa llama viva de las esperanza, aquella que ansia que nuestras figuras sigan adelante con la bandera del equipo, luchando en cada batalla y que jóvenes desconocidos para la mayoría, demuestren la grandeza  que nace en las entreñas de nuestros Equipos.

Sangre nueva, sangre nuestra, con los colores tatuados en el pecho y hambre de demostrar ser el mejor.

Sé que no es fácil, pero en el futbol nada es imposible y sé que de igual forma, muchos aficionados siempre mantienen vivas  las mismas ilusiones que se sembraron al  comienzo del torneo, ganar el tan anhelado Campeonato.

Porque, pesar de todo y contra todo, la “fe” queda aquí, a la espera de los resultados positivos, de con o sin  “razón”, a expensa de lo que puede hacer el equipo en la cancha, porque si bien es cierto que el Aficionado, cree, sueña, apoya, el equipo  con sus actuaciones  “es quien tiene la última palabra”.

Isabel Ortega Cristén
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