10 años después… una
nueva ilusión!
Aunque
parezca increíble, es así. Tuvieron que pasar 10 años para volver a una final. Una
final para el “Más laureado” y otrora grande club de Bogotá y de Colombia.
Aquel encopetado equipo que en sus años mozos se daba el lujo de ganar
torneos locales a diestra y siniestra y
así mismo participar y ganar en otros internacionales (aunque fuesen amistosos)
con clubes de alta alcurnia como el Real Madrid, River Plate de Argentina,
Peñarol de Uruguay, entre otros. Aquel que fuese el más veces campeón de
Colombia y al que se le llamara “El Ballet Azul”, por encantar con su buen
manejo de balón, porque parecían danzar armoniosamente en el terreno de juego y
por su efectividad en el arco contrario. Por tener a los más grandes jugadores a sus
servicio, tales como Alfredo Di Stefano, Adolfo Pedernera y para no ir tan
lejos, Willington Ortíz, Carlos “La Gambeta” Estrada, Carlos “El Pibe”
Valderrama, Óscar Córdoba, Sergio Goycoechea, Ricardo Lunari y muchos más. Aquel que dejaba
huella en cada torneo por sus records en todo campo, goleadores, el arco con
más minutos sin recibir gol, más partidos sin perder de forma consecutiva, más
años como el equipo con más estrellas en el rentado nacional, en fin, muchos
logros antes ganados. Aquel que tuviese
(aunque me atrevo a decir que aún la tiene) la hinchada más grande de
Colombia. Aquel que ganaba con la
camiseta y si, jugaba finales. Si
señores, les hablo de Millonarios FC. Quizás después del preámbulo, parezca
extraño que su realidad sea otra, pero
es así. Una realidad a la que nos mal acostumbraron malas dirigencias, jugadores
con poco temple y amor por la camiseta, directivos que solo se interesaban en
un lucro y no en devolver lo que su fanaticada pedía, títulos. Volver a alzar
una copa y así mismo, jugar un torneo internacional, pero ésta vez, no de
manera amistosa.
Pues
bien, a 10 años de su última final, jugada en el 2001 contra Emelec de Ecuador
por la copa MercoNorte, donde salió campeón;
a 23 años de haber bordado su última estrella en su camiseta y a 59 años
de haber obtenido su primera Copa Colombia (1952-1953) el club, parece estar retomando sus viejas
costumbres. Es cierto, no se juega bonito, no es el “Ballet Azul” no es la época
del Dorado, no tenemos a la saeta rubia, pero se tienen ganas, se tiene corazón y se
tiene una sola ambición, la de salir campeón. Hoy se inicia una nueva historia,
en la que el equipo azul de Bogotá, ese que fuera admirado por propios y extraños, tiene una
nueva oportunidad de revancha, una nueva ilusión y un nuevo horizonte: dar una vuelta olímpica, ser campeón y jugar,
de nuevo, un torneo internacional.
Demos
pues gracias, a éstos muchachos, encabezados por el Dr. Richard Páez, querido
por algunos y resistido por muchos, pues, con su trabajo, nos tiene a pocos
minutos de ser campeones otra vez. Sí, me incluyo, soy hincha de “Millos” y lo
quiero ver campeón.
OSCAR CORREDOR
@Kurkis81
Muy buen artículo. Preciso y real. Ahora, esperar si esos 10 años se hacen más extensos o para acá la sequía para el conjunto embajador.
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