domingo, 11 de septiembre de 2011

Sobre la idea de la Liga Europea por @Morelliano


Sobre la idea de la Liga Europea.

Durante el último mes se ha venido rumorando con mucha fuerza la creación de una Liga Europea. Una liga en la que los equipos económicamente más poderosos de Europa se enfrenten para decidir quién es el mejor de los mejores. Esta iniciativa parte de una superioridad deportiva entre los grandes y el resto. Cada fin de semana se ratifica la idea de que Real Madrid y Barcelona dominarán a placer La Liga. En Inglaterra parece que los equipos de Manchester y tal vez Chelsea van a pelear hasta el final por el titulo. Tanto el City como el United han goleado a dos equipos de Londres, Tottenham y Arsenal. Se podría pensar que si esto hacen con equipos aparentemente dispuestos a pelear de igual a igual los 90 minutos, ¿Qué queda para el resto? Este problema no hace sino hacernos pensar que por y para el bien del espectáculo y por y para guardar la incertidumbre de un partido es necesario modificar el torneo. ¿Es ésta la solución?¿Llevar el juego al alcance de 14 equipos es salvar el espectáculo?


Michel Platini, presidente de la UEFA, ganó sus elecciones con la promesa política de expandir los límites de la Champions League a todos los rincones de Europa, para ser más claros, democratizar la máxima competencia continental. El fondo de la medida es llevar el fútbol de máxima competición a cualquier estadio de Europa. Por eso hemos visto equipos en las últimas ediciones de Champions League que no conocíamos: APOEL Nicosia, BATE Borisov y ahora Oţelul Galaţi, por nombrar algunos ejemplos.

Este formato me ha convencido, me ha hecho pensar que es el camino a seguir si se quiere salvar el espectáculo y, en últimas, la esencia del fútbol. Las ligas europeas tienen que seguir este camino. Para que un torneo ostente calidad y prestigio es necesario que tenga nivel y competitividad. El nivel lo puede alcanzar un sólo equipo y con eso bastaría para derrotar a todos y ganar una liga, pero la competitividad es un concepto que no cabe para un sólo equipo, necesita de otros a su nivel para, precisamente, competir.


Sería lógico que los espectadores mundiales, entre ellos nosotros, que consumimos un producto, tuviéramos más predilección por ver grandes encuentros entre grandísimos equipos fin de semana tras fin de semana. Una fase final de UEFA Champions League todo el año. ¿Y los hinchas verdaderos que sólo miran el calendario del torneo para ver cuando SU equipo de pueblo o ciudad pequeña, que seguramente pelea por salvarse del descenso, recibe a Barcelona, Juventus o Liverpool? Sería complicado discutir si es justo o no, pero para mantener el carácter global del juego es necesario que los hinchas del Granada o del Novara vean que su equipo se enfrente con el Real Madrid o el Inter de Milán en su estadio, que sean participes de la fiesta de disfrutar la visita de un grande de verdad. Probablemente caigan goleados (o quién sabe, a veces es cuestión de actitud) pero estar a ese nivel les permitirá tener alicientes para mejorar.


Es imposible pedir que los grandes dejen de serlo, por cantidad de fans, por dinero y por difusión mundial van a tener una brecha a favor importante con los demás y, hasta cierto punto, se lo han ganado por historia y tradición. Sin embargo, la solución no es dejar a los demás atrás, sino más bien incluirlos en un marco institucional y deportivo más equitativo. Se ha hablado de renegociar los ingresos económicos por derechos de televisión como un primer paso para lograr una competencia más transparente, para crecer institucionalmente y fichar mejores jugadores. Si hay que sacrificar la idea de una espectacular Liga Europea por el bien del fútbol y lo que significa…Yo como espectador estoy dispuesto a hacer ese sacrificio.

Carlos Cortés
@Morelliano

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